El ruido a sierras y martillazos flotando en el ambiente, obreros mezclando cemento en las veredas, contenedores repletos de escombros y camionetas que van y vienen con materiales. Recorrer Caballito es confirmar que la construcción de edificios, lejos de frenarse, sigue a toda marcha . Según un relevamiento privado, en la zona más cercana a Flores y al sur de Rivadavia hay dos emprendimientos por manzana .

El estudio fue realizado por la consultora Reporte Inmobiliario. En la zona entre Rivadavia, Carabobo, Directorio y Del Barco Centenera, entre obras en marcha y edificios recién terminados hay 101 construcciones en 54 manzanas. En 2005, en ese mismo sector había 40 emprendimientos.

El crecimiento se refleja en los precios. Hace cinco años, el valor promedio del m2 era US$ 1.055, pero hoy ya se fue a US$ 1.902.

Si uno se para en la esquina de Bonifacio y San José de Calasanz, por ejemplo, se pueden ver siete obras en dos cuadras , más varios edificios flamantes. En Valle y Emilio Mitre, hay cuatro obras en una sola cuadra. Y si uno camina unos metros, hasta Valle y Del Barco Centenera, se ven un emprendimiento en la esquina y otro a media cuadra.

¿Por qué tantas edificaciones? Germán Gómez Picasso, de Reporte Inmobiliario, comentó:: “Es un sector donde aún hay lotes a buen precio, como casas y PH que se pueden demoler para construir en altura. La zona está bien ubicada, y es atractiva para gente del sur o el oeste del GBA que se quiere mudar a Capital”.

Otro elemento importante fue la llegada del subte A , con las estaciones Puán y Carabobo inauguradas hace dos años. Pero la clave sigue siendo el provecho económico. Luis D’Odorico, director de D’Odorico Propiedades, explicó que “si bien la incidencia del m2 en la construcción es de unos US$ 550, luego el m2 construido se puede vender a US$ 2.000”.

A diferencia de otras zonas de Caballito, allí los edificios que se hacen no son torres, sino que tienen en promedio siete pisos . Por eso, no se dio una resistencia vecinal como la que surgió en 2006 en otros sectores del barrio contra la construcción en altura.

De todas formas, los vecinos tienen sus reparos. “Es muy bueno para crear empleo, pero la duda que tenemos es si aguantarán los servicios públicos. Además el tránsito será tremendo , hoy ya no se puede estacionar en ningún lado, y ni quiero pensar cuando se mude más gente con sus autos”, advirtió Donato Lieggi, quien hace seis años tiene un almacén en Calasanz y Bonifacio. En tanto, Ana María Laudonio, vecina, agregó que “por las veredas tenemos que caminar en zigzag por las montañas de arena. Acá tiraron abajo incluso casas nuevas y las reemplazaron por edificios”.

¿Continuará el boom? Los especialistas coincidieron en que, mientras las condiciones actuales se mantengan, la construcción mantendrá su alto ritmo.